La mujer vivía en Francia y en el 2019 regresó al país y denunció al padre de su hija por violencia de género, pero la causa está demorada y ahora un fallo le dio la razón al hombre.
Sofía Troszynski está desesperada y vive horas decisivas después de que dos fallos judiciales en Argentina y Francia dictaminaron que debe restituir la tenencia de su hija, de 3 años, a su ex pareja, que vive en París y a quien en varias ocasiones denunció por violencia de género.
Hasta el momento, el magistrado de primera instancia a cargo del Juzgado Nacional en lo Civil N ° 4, Alejandro Hagopian, le otorgó la razón al padre en esta causa, caratulada “PF c. TS sobre Restitución ”.Sofía apeló, pero la Defensora de la Cámara en lo Civil letra H, dice que, “sigue la misma línea que el de primera instancia. No acreditan el grado de peligrosidad para evitar que la niña vuelva a Francia”, y agregó: “No resolvió con perspectiva de género, se basó en el dictamen del Defensor de Menores de la Nación, que cometió el mismo error ”.
La niña vino al país con tenencia de ambos padres, pero permaneció en Argentina por decisión de la madre. Sin embargo, la Justicia del país europeo dictaminó que madre e hija debería viajar a París en marzo en un vuelo de Air France para que la tenencia de la niña pase a manos de su padre, aunque sobre él pesen denuncias de violencia de género radicadas tanto en Francia, como en Argentina y una sospecha de abuso sexual sobre la niña.
«Estoy destruida, desesperada, mi hija sufre un montón cuando no nos vemos. Yo no puedo pisar Francia porque tengo causas penales en mi contra porque me acusan de secuestro y puedo ir presa. Entonces directamente están presionando para llevársela y que yo no la vea nunca más en la vida», reclama Sofía
Aunque la menor todavía no viajó, la madre teme que en cualquier momento la obliguen a enviar a su hija. «El padre mete presión con pasajes, había presentado un pasaje para el 22 de marzo y seguro ya va volver a presentar otro pasaje», aseguró la mujer.
«Ellos tienen mucho poder. No importa ni el juicio oral pendiente que tiene por violencia de género, ni el tratamiento médico de mi hija, nada», señaló Sofía, quien sigue esperando que la justicia argentina se pronuncie para no perder a su hija.
La vida en Francia se convirtió en un drama
Sofía se recibió de Ingeniera Industrial en la UTN hace 8 años y viajó a Francia tras obtener una beca del Estado. Un año después conoció al padre de su hija por medio de una amiga en común. En 2016 iniciaron un vínculo de pareja; en 2017 comenzaron a convivir, y en enero de 2018 se convirtieron en padres de una pequeña.
La relación estuvo signada por los celos. Incluso, en varias oportunidades ella se acercó a la “Maison de Droit et de la Famillie” (Casa del Derecho y de la Familia) para pedir ayuda y consejos. Fue entrevistada por juristas y abogados, quienes le aconsejaron hacer una denuncia, que ella no se animó a formular en aquel entonces.
Sofía asegura que la violencia se tornó física y mental: «En Francia cuando fui a denunciar me dijeron que me tenía que esconder durante tres semanas mientras ponían la perimetral, pero ¿dónde me iba a esconder? No tenía más amigos porque no me los dejaba ver y se alejaron. Yo ya estaba en la calle con mi nena».
El 25 de enero de 2019 viajaron los tres a Buenos Aires, con la intención de regresar a Francia un mes después, el 25 de febrero. Pero durante el viaje, Sofía se presentó en la Oficina de Violencia Domestica (OVD) donde le dieron un botón antipánico y aplicaron una restricción perimetral de máximo riesgo para su hija y mediano riesgo para ella.
Ella decidió no regresar a Francia. Activó una investigación por presunto abuso sexual y denunció a su pareja por amenazas, causa que fue elevada a juicio oral y público por el Juzgado de Primera Instancia en lo Penal Contravencional y de Faltas N°15. Las audiencias de ese juicio son las que se retrasaron para agosto.
El papá de la menor, por su parte, regresó a Francia. En mayo de ese mismo año inició una demanda por apropiación indebida para reclamar el regreso de su hija al país de origen. En septiembre de 2019 sumó un pedido, vía exhorto, de tenencia exclusiva. En marzo de 2020, la justicia francesa le dio la razón.
Según un informe presentado en la causa, la niña presenta «un diagnóstico de Trastornos específicos del desarrollo del habla y del lenguaje, trastorno generalizado del desarrollo no especificado”. Otro documento desaconseja que haya cambios tanto en los profesionales que la tratan como en su círculo social.
Sofía asegura que cuando hizo la denuncia de violencia contra su ex, «su padre vino a la Argentina a buscarlo y puso una abogada afiliada al consulado». Y señala que «el padre es un empresario muy importante allá», con poder y «muchos contactos».
«Es raro, la abogada que tenía en Francia, que me asignó el Estado, abandonó el caso, me dijo que con personas con tanto poder político y económico no podía hacer nada. Ahora no me responde más y me quedé sin representación», remarca y asegura que las amenazas llegaron también a los médicos y terapeutas que tratan a su hija.
El fallo del juez Hagopian, que acaba de ser confirmado por José Benito Farje, Liliana Abreut de Begher y Claudio Kiper, titulares de la Cámara, se basa en el artículo 3 del Convenio de la Haya. Apunta a que «resulta claro que si bien en el caso el traslado de la niña se produjo en forma lícita por la anuencia del progenitor, lo que ha sido ilícita es su retención en este país».
Pero además de apoyarse en el acuerdo sobre restitución de menores que se celebró en La Haya en 1980 (Convenio sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores), que firmaron tanto la Argentina como Francia, el fallo destaca que “no surge de ninguna de las actuaciones en trámite que el padre haya dado autorización para que su hija cambiara su residencia habitual”.
Para fundamentarlo, el juez Hagopian resalta, entre otro material probatorio, que “los tres tenían boletos de avión de regreso para el día 24 de febrero de 2019”. Y rechaza que las denuncias de violencia relatadas por Sofía sean motivo para evitar que la niña regrese a Francia.