El precio de la garrafa de gas subirá 10 por ciento a partir de este martes, se trata de un precio máximo regulado por el Estado que ya sufrió incrementos en diciembre, septiembre y abril del año pasado. El subsidio que se otorga a las familias de bajos ingresos en el marco del programa Hogar se mantuvo inalterado en 602 pesos, de modo que pasará a representar la mitad del valor oficial de una garrafa de 10 kilos. El precio posintermediarios, comerciantes y distribuidores principalmente, es casi el doble del sugerido por el Gobierno.
El programa Hogar fue lanzado en 2015 y establece los precios máximos de referencia, su actualización, el valor de los subsidios otorgados por familia, la compensación a productores y demás cuestiones que hacen a la regulación del mercado interno del gas envasado. Los precios máximos los establece la secretaría de Energía y aumentaron un 10 por ciento de acuerdo a la Resolución publicada este martes en el Boletín Oficial. En diciembre habían subido 45,85 por ciento y entre abril y septiembre pasado, 21,28.
El subsidio que otorga la secretaría de Energía a las familias de bajos ingresos para comprar cerca de una garrafa por mes sólo subió 21 por ciento entre abril y septiembre pasados y se ubica actualmente en 602 pesos.
Con la nueva resolución de Energía, los precios de venta al público tienen un máximo de referencia de 1118 pesos para la garrafa de 10 kilos, de 1341 pesos para la de 12 kilos y 1677 para la de 15 kilos. Son precios que varían según zona geográfica y que además sufren una sobrecarga, muchas veces de manera ilegal, por costos de distribución y comercialización de un producto que, como suele llevarse puerta a puerta, es difícil de monitorear.
El consumo de gas en garrafa es de los sectores populares: corresponde a las persona que viven en barrios sin servicio de gas natural o casas que no tienen conexión a la red y perciben ingresos inferiores a dos salarios mínimos o sean monotributistas inferiores, hogares con personas con discapacidades y bajos ingresos y entidades de bien público. Pero la regulación estatal es poco prudente: el programa Hogar no es masivo, entre otras razones porque exige una dirección domiciliaria como referencia que muchas veces no se tiene. El programa Renabap otorgó certificados de vivienda a las personas que habitan en barrios populares pero para recibir garrafas subsidiadas no tiene validez.
Por otro lado, para adquirir la garrafa social al precio que sugiere la legislación (de 1118 pesos para 10 kilos) es preciso trasladarse hasta determinados puntos de venta, lo cual no siempre es sencillo para una familia. Las recargas en almacenes de barrio o mercadito ya son más caras, rondan de 1500 a 1600 pesos, indica un referente barrial. Y además una familia tipo consume al menos dos garrafas y no una como establece el programa, de modo que “se termina subsidiando una parte muy pequeña del consumo de un hogar con los 602 pesos de subsidio si dos recargas en el mes están cerca de los 3000 pesos”. Solo en los meses de invierno se habilita la compra de dos garrafas pero las mismas no solo se usan para calefaccionar.
Lo anterior además contrasta con los valores que paga actualmente la clase media por el consumo de gas natural que rondan los 1200 a 1500 pesos por mes.
De acuerdo a la secretaría de Energía la actualización de los valores máximos se «propendiendo a que el precio al consumidor final resulte de los reales costos económicos de la actividad en las distintas etapas, de manera que la prestación del servicio se realice con las debidas condiciones de calidad y seguridad, siempre manteniendo la protección de los usuarios vulnerables a través del Programa Hogar», pero además de estas consideraciones económicas podrían contemplarse otras que mejoren el alcance y justa representatividad del programa.