Se trata de un una nueva modalidad delictiva que evita que los automovilistas cierren las puertas tras estacionar.¿Es posible que alguien desactive la alarma? Pueden interferir el cierre automático de puertas con algún dispositivo electrónico? Me quedo tranquilo cuando escucho el sonido del bloqueo de las puertas de mi auto? O debo volverme y asegurarme que verdaderamente las puertas estén trabadas? Qué debo hacer para quedarme tranquilo cuando me bajo del auto y cierro las puertas con el control remoto?
Bajamos del auto en un shopping, en una avenida ruidosa o en algún lugar con mucho movimiento. Damos unos pasos, cerramos el auto a la distancia y nos fuimos a hacer algo, sin prestar demasiada atención al detalle: el coche nunca se cerró y cualquiera puede entrar a robar lo que tenga adentro o incluso otras cosas.
La nueva modalidad delictiva utiliza un dispositivo inhibidor de señal, que funciona en múltiples frecuencias y es de venta libre. Lo qué tienen que hacer los ladrones es configurarlo para bloquear la señal de los controles remotos del auto para que este no reciba la señal de cierre. Cuando el dueño del coche se va, sin chequear que esté correctamente cerrado, los delincuentes aprovechan el error humano para acceder al vehículo.
«La frecuencia en la que funcionan los controles remotos de los autos está regulada por la ENACOM. Pero existen dispositivos electrónicos que pueden producir un ‘ruido’, entre emisor y receptor, que inhibe la conexión», explica a TN.com.ar Fernando Culshaw, Jefe del Departamento de Delito contra la Propiedad de la Policía de la Ciudad. Esos son los aparatos que usan los ladrones para acceder a los vehículos, que tienen un alcance de unos 60 metros.
En varios comercios, aunque en otras provinciales, a los tradicionales carteles que advierten que la casa no se responsibiliza por la seguridad de su vehículo, ahora le agregan “asegúrese de cerrarlo con llave”.
Las víctimas de este tipo de delito aseguran que les robaron las pertenencias de su vehículo sin ejercer ningún tipo de violencia física. Les bastó usar un inhibidor de alarma.
«Se trata de una modalidad delictiva en la que el ladrón aprovecha el descuido del propietario del vehículo. Debe tenerse en cuenta que cada automóvil tiene una llave codificada que funciona en una determinada frecuencia de radio. La gente está acostumbrada a descender del rodado, accionar la tecla del mando a distancia del cierre centralizado e irse, convencida de que dejó el automóvil cerrado y con la alarma activada», le aseguró Daniel Banda, vicepresidente de la Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (Casel), a medios porteños.
Parece que el delito una vez más lleva la delantera.