Día de la Independencia Nacional: Villaguay celebró el 9 de Julio con un desfile multitudinario

Hoy 9 de Julio conmemoramos un nuevo aniversario de la “Declaración de
nuestra Independencia”. Como cada año reiteramos de manera repetitiva
aquellos hechos históricos que marcaron el comienzo de nuestra Nación. Y no
está mal evocar una y otra vez las acciones que dieron origen a nuestro país,
porque la historia debe ser contada y recordada, se trata de nuestros orígenes,
de nuestra identidad y de lo que nos da el sentido de pertenencia.
Hace 206 años, en 1816, llegaron a Tucumán la mayoría de los representantes
de las provincias para formar parte de un Congreso General Constituyente con
el propósito de declarar la independencia. Entre Ríos, Corrientes, Misiones y
Santa Fe no participaron porque estaban enfrentadas a Buenos Aires y
formaban parte, junto a Córdoba y la Banda Oriental de la “Liga de los
Pueblos Libres”, la que ya había declarado su emancipación el 29 de junio de
1815, bajo el mando del Gral. Artigas.
Por entonces el país atravesaba un momento crítico y difícil y el sueño de la
independencia se veía amenazado. En la sesión del 9 de Julio, bajo la
presidencia de Francisco Laprida, el secretario Juan José Paso y los
representantes de las Provincias Unidas de América del Sud, reunidos en el
Congreso General Constituyente, firmaron el Acta de la Independencia
proclamando “Una Nación libre e independiente de los Reyes de España y su
metrópoli”. Y de allí partió en vuelo victorioso el gran grito de Independencia.
Se tomó una decisión heroica que empujó a los hombres del Virreinato a la
lucha por defender esa emancipación. Todos sabían lo que se avecinaba, había
que defender con las armas lo que se firmó con la pluma. Uno de los
principales impulsores fue San Martín, que supo interpretar la época y
comprendía que seguir demorando el tema entrañaba muchos riesgos ya que
España se había liberado de los franceses y el rey Fernando VII, había vuelto
al trono y se predisponía a recuperar los territorios americanos que estaban en
manos de los revolucionarios.


Declarar la Independencia y disponerse a defenderla fue una decisión que
traspasó las fronteras rioplatenses y adquirió un significado americanista. Fue
lo que impulsó a San Martín a cruzar la cordillera porque, como gran estratega
militar que era, sabía que desde allí había que defender a la incipiente
soberanía de las Provincias Unidas. Si los españoles se fortalecían en sus
dominios históricos sobre el Pacífico, la Independencia gestada desde el Río

de la Plata no tendría destino. Había que ir al norte y al oeste, cerrarles la
puerta en el terreno militar, no dejándolos acercarse a Bs. As. ni a la
Provincias Unidas.
Esto implicó llevar el proyecto revolucionario a Chile y Perú, y aún más al
norte, porque la soberanía de América del Sur se defendía entre todos. Esto la
volvió un proyecto colectivo y el surgimiento de un sentimiento de unión tras
la misma causa.
Y de allí emerge la mencionada “Patria Grande”, este concepto sanmartiniano
que expulsó a los españoles de Argentina, Chile y Perú, concepto que hace
referencia a la pertenencia común de las naciones latinoamericanas y el
colectivo de una posible unidad política.
En 1816 se valida el derecho de los criollos a ejercer la autoridad política en
sus territorios y con esto asumen las responsabilidades para avanzar en un
ordenamiento institucional y jurídico de la nación que se consolida en 1853
con la constitución de Alberdi y Urquiza.
La idea de soberanía popular, impulsada por Moreno y Castelli, buscaba
empoderar al pueblo, a los hijos de esta tierra y que la soberanía deje de venir
de la cuna. Con ello se siembra en este sur la semilla de la futura democracia.
La soberanía popular comenzó de manera tímida y fue puesta en cuestión en
más de una ocasión a lo largo de nuestra historia. Esas ideas revolucionarias se
volvieron un vendaval en occidente y más aún en América, somos hijos de ese
pensamiento y hoy somos madres y padres de él porque a más 200 años
después, república y democracia, por raro que nos pueda parecer, deben ser
defendidas con la misma fuerza que en 1800.
No todos valoran y aceptan, que la soberanía y la toma de decisiones estén en
manos del pueblo, o sea, de todos nosotros, porque los enemigos siguen
estando, usan otras estrategias mucho más peligrosas que la espada, nos
acechan camuflados, mezclados entre nosotros, rostros que fingen ser amigos
y esgrimen un discurso temerario para dividirnos y socavarnos. Atravesamos
una coyuntura difícil, dónde muchos se convencen de sus palabras cargadas de
odio y los alaban, los endiosan. Y aquí me permito tomar palabras que
Mariano Moreno dijo por aquél entonces, que definen claramente este
concepto y que además da cuenta de lo vital que es la formación y educación
en todos nosotros:

“Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre
no conoce, lo que vale, lo que puede y lo que sabe, nuevas ilusiones sucederán
a las antiguas y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será
tal vez nuestra suerte, mudar de tiranos, sin destruir la tiranía”.
Por eso repensar el 9 de julio nos exige volver a la noción de patriotismo y al
vínculo entre nosotros como argentinos.
El ejemplo de quiénes honramos hoy debe inspirarnos a todos, dirigentes,
docentes, ciudadanos y sobre todo a los niños y adolescentes para encauzarnos
en la senda del progreso y de la libertad que nos facilita la independencia.
Todos debemos hacer nuestra parte, como lo hicieron los padres y madres de
la patria, siendo emprendedores, educando a nuestros hijos para que sean
dignos ciudadanos, apostando siempre a nuestra ciudad porque el objetivo que
debe movilizarnos es el de continuar mejorando, aumentar la producción que
sale de nuestras riquezas naturales, darles valor agregado ya que esto es fuente
de trabajo y de crecimiento económico; y también darle valor agregado a
nuestros gurises, esto sólo se logra con cada uno de ellos en las escuelas,
recibiendo educación y aprendiendo que los sueños son realidades posibles si
nos esforzamos y trabajamos por conseguirlos.
Hoy la patria se construye con innovación, con trabajo, con educación y
desarrollo, con generosidad como lo hicieron San Martín, Belgrano, Moreno,
Güemes, sin dejar a nadie de lado, integrando, incluyendo, todos los
argentinos de bien debemos enmarcarnos en este propósito altruista, sin
mezquindad y sabiendo que si nos abocamos para que estas acciones sean del
conjunto de la comunidad, tendremos independencia, libertad y soberanía.
Y para ir terminando también quiero decirles que la historia no está completa
sino la contamos toda. Quiero aprovechar la ocasión y hacer un homenaje al
anonimato. A quiénes no se nombra en los discursos y que a lo largo de 206
años han pasado prácticamente desapercibidas.
Quiero nombrar a las mujeres de la independencia, de las que poco o nada se
ha hablado, si bien algunas nos pueden resultar más conocidas como
Mariquita Sánchez de Thomson o como Juana Azurduy, hay otras no menos
importantes que fueron indispensables en el proceso independentista como
Macacha Güemes o María Remedios del Valle que junto a su hermana, su
madre y su tía integró el grupo denominado “Las niñas de Ayohuma”,

compuesto por mujeres afroargentinas las cuales asistieron a los heridos y
lucharon en el Ejército del Norte (el de San Martín), cuyos soldados la
llamaban “Madre de la Patria”.
Es clave entender que no sólo eran esposas y madres al cuidado del hogar,
sino que estuvieron en el frente de batalla durante numerosos combates, así
como también fueron enfermeras, lavanderas, cocineras o espías que se metían
dentro de las narices de los enemigos. Muchísimas mujeres se pusieron a
disposición de San Martín y cumplieron variadas funciones en aquel ejército.
En definitiva, las mujeres de todos los estratos sociales participaron, cada una
con sus posibilidades, en la gesta de la independencia. Y claro está, la
liberación jamás habría sido alcanzada sin ellas.
No nos quedemos en la anécdota, en la efeméride, el 9 de julio no es una fecha
más en el calendario de celebraciones y feriados. No perdamos la dimensión
del profundo significado político, de la importancia que sigue teniendo en la
actualidad y en la construcción de la Argentina contemporánea. Sin renunciar
a los valores por los que aquellos hombres y mujeres lucharon, continuemos
escribiendo la historia, seamos protagonistas construyendo el mejor presente y
futuro por una Argentina unida, próspera y altiva.
Feliz día de la Patria!!!

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