Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
El Papa ha enviado un mensaje a todos los enfermeros, enfermeras, en su día:
“Queridos enfermeros, queridas enfermeras y personal de obstetricia, que este aniversario coloque la dignidad de vuestro trabajo en el centro, en beneficio de la salud de toda la sociedad”.
Les aseguró a sus familias y a todos los que atienden, sus oraciones y bendición apostólica.
Ser enfermero en tiempos del Covid19
En este momento histórico, marcado por la emergencia sanitaria mundial a causa de la pandemia del virus Covid-19, “hemos redescubierto la importancia del rol del personal de enfermería, como también el de partería”, recuerda el Pontífice, diariamente presenciamos el testimonio de valentía y sacrificio de los agentes sanitarios, en particular de las enfermeras y enfermeros, quienes, dice en su mensaje, con profesionalidad, sacrificio, responsabilidad y amor por los demás ayudan a las personas afectadas por el virus, incluso poniendo en riesgo la propia salud.
Personal sanitario víctima del Coronavirus
Al arriesgar sus vidas, muchos de ellos han sido víctimas del Covid19. Mientras cumplían “fielmente con su servicio”. Por todos ellos el Papa ha rezado, y en su mensaje lo hace también:
“Rezo por ellos —el Señor conoce el nombre de cada uno— y por todas las víctimas de esta epidemia. Que el Señor resucitado les conceda la luz eterna y a sus familias el consuelo de la fe”.
Ser enfermero, no es una profesión es una vocación
El personal de enfermería siempre ha desempeñado un papel central en la asistencia sanitaria, señala Francisco, todos los días siguen de cerca los cambios positivos o negativos en la mejoría del paciente, les dedican toda su atención, y les dan calor humano. Tienen una directa relación con sus parientes.
Como dice el santo Padre, “experimentan, con la cercanía a los enfermos, el trauma que causa el sufrimiento en la vida de una persona. Son hombres y mujeres que han dicho “sí” a una vocación particular: la de ser buenos samaritanos que se hacen cargo de la vida y de las heridas de los demás. Custodios y servidores de la vida que, mientras administran las terapias necesarias, infunden ánimo, esperanza y confianza”.
Los enfermeros y enfermeras, como dice el Papa, no sólo tienen un conocimiento científico-técnico, sino que su profesionalidad está “constantemente iluminada por la relación humana y humanizadora con el paciente”, por tanto, les pide que su profesionalidad, sea guiada por la responsabilidad moral.
Los enfermeros: Santos de la puerta de al lado
Un enfermero/ra, atendiendo a pacientes en todas las etapas de su vida, desde el nacimiento hasta la muerte, participan, afirma el Papa Francisco, en
una escucha continua, “encaminada a comprender cuáles son las necesidades de ese enfermo, en la etapa que está atravesando. De hecho, frente a la singularidad de cada situación, nunca es suficiente seguir una fórmula, sino que se requiere un continuo —¡y fatigoso!— esfuerzo de discernimiento y atención a cada persona”.
Están al lado de los pacientes y familiares, en los “momentos cruciales de su existencia, nacimiento y muerte, enfermedad y recuperación, para ayudarlas a superar las situaciones más traumáticas”. Incluso, cuando están a punto de fallecer, les dan “consuelo” y “alivio” en los últimos momentos. Por esta entrega, Francisco les ha dicho que forman parte de los “santos de la puerta de al lado”.
“Son la imagen de la Iglesia, “hospital de campaña”, que continúa llevando a cabo la misión de Jesucristo, que se acercó y curó a las personas que sufrían todo tipo de males y se arrodilló para lavar los pies de sus discípulos. ¡Gracias por vuestro servicio a la humanidad!”.
Potenciar asistencia sanitaria
El Papa, en su mensaje, recordó que, en muchos países, la pandemia ha “evidenciado muchas deficiencias en la atención sanitaria”, y pide a los jefes de las naciones de todo el mundo, “para que inviertan en sanidad, como bien común primario, fortaleciendo las estructuras y designando más personal de enfermería, para garantizar a todos, un servicio de atención adecuado y respetuoso de la dignidad de cada persona”.
El Papa afirma que es importante reconocer efectivamente el papel esencial que desempeña esta profesión para la atención al paciente, para la actividad de emergencia territorial, la prevención de enfermedades, la promoción de la salud, la asistencia en el sector familiar, comunitario y escolar.
“Los enfermeros y enfermeras, así como las comadronas, tienen derecho y merecen estar más valorizados e involucrados en los procesos que afectan a la salud de las personas y de la comunidad. Se ha demostrado que invertir en ellos favorece los resultados en términos de atención y salud en general”.
Para ello, el Papa precisa la necesidad de potenciar su perfil profesional proporcionando herramientas científicas, humanas, psicológicas y espirituales para su adecuada formación; así como mejorar sus condiciones de trabajo y garantizar sus derechos para que puedan llevar a cabo su servicio con plena dignidad.
En este sentido, las asociaciones de agentes de la sanidad tienen un papel importante, pues, además de ofrecer una estructura orgánica, acompañan a cada uno de sus miembros, “haciéndolos sentir parte de un cuerpo unitario y no se sientan perdidos y solos frente a los desafíos éticos, económicos y humanos, que conlleva la profesión”.
Un mensaje a las comadronas
El Papa dedica unas palabras a las comadronas, que asisten a las mujeres embarazadas y las ayudan a dar a luz a sus hijos: “vuestro trabajo es uno de los más nobles que existen, dedicado directamente al servicio de la vida y de la maternidad. En la Biblia, los nombres de las dos parteras heroicas, Sifrá y Puá, se inmortalizan al comienzo del libro del Éxodo (cf. 1,15-21). También hoy el Padre celestial os mira con gratitud”.