La nueva ceremonia tendrá lugar en Raeford, Carolina del Norte. Grandes manifestaciones se anunciaron en muchas ciudades estadounidenses, entre ellas Nueva York, Miami y Washington.Estados Unidos espera movilizaciones masivas contra la desigualdad racial y la brutalidad policial este sábado, una jornada que también estará marcada por una nueva ceremonia en memoria de George Floyd, cuya muerte suscitó esta ola de protestas histórica.Grandes manifestaciones se anunciaron en muchas ciudades estadounidenses, entre ellas Nueva York, Miami y Washington, donde decenas de miles de personas tomarán las calles, según estimaciones de los medios.
Después de una emotiva primera ceremonia en Minneapolis el jueves, se rendirá un segundo homenaje a este ciudadano negro de 46 años que fue inmovilizado hasta la asfixia por un oficial de policía blanco durante un arresto el 25 de mayo en esta ciudad del norte del país.
La nueva ceremonia tendrá lugar en Raeford, en su estado natal de Carolina del Norte.La polémica creció ante la represión de las protestas por las fuerzas de seguridad. En los últimos días, circularon varios videos que muestran intervenciones policiales violentas contra manifestantes pacíficos.
El último, difundido la noche del jueves, muestra a un manifestante que es empujado por dos policías y tirado con fuerza al suelo mientras está solo frente a decenas de ellos en la ciudad de Buffalo, en el estado de Nueva York.
Una primera declaración oficial dijo que el hombre de 75 años, que sangraba profusamente y parecía haber perdido el conocimiento, «tropezó y cayó».
En respuesta a la indignación por las imágenes, los dos policías involucrados fueron suspendidos. El gobernador del estado, Andrew Cuomo, solicitó además su despido y el fiscal local abrió una investigación.
«Los policías deben ser protectores, no guerreros», dijo Mark Poloncarz, jefe ejecutivo del condado de Erie, al que pertenece Buffalo.
En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio, abucheado el jueves durante una ceremonia para rendir homenaje a Floyd en Brooklyn por no condenar la brutalidad policial contra manifestantes no violentos, prometió investigar todos los hechos denunciados e indicó que se tomarían medidas disciplinarias.
Otros dos policías fueron suspendidos, anunció el viernes el jefe de policía de la ciudad, Dermot Shea, citando «incidentes inquietantes».
Uno se ve en un video empujando a una mujer al suelo; el otro quitando la máscara de protección de un manifestante y rociándolo con spray de gas pimienta.
Al otro lado del país, en el estado de Washington, la alcaldesa de Tacoma solicitó el despido de los agentes de policía implicados en la muerte de un hombre negro el 3 de marzo, tras la difusión de un nuevo video que parecía mostrarlos golpeando al hombre e inmovilizándolo antes de que muriera bajo su custodia.
En Indianápolis, en el Medio Oeste, la policía inició una investigación tras la circulación de otro video que mostraba al menos a cuatro oficiales golpeando con sus porras a una mujer y lanzándole gases lacrimógenos el domingo por la noche.
Anticipándose a las nuevas protestas, el jefe de la policía de Seattle anunció una prohibición de 30 días sobre el uso de estos gases.
La policía de Minneapolis también anunció el viernes la prohibición de recurrir al «estrangulamiento», una peligrosa técnica utilizada en 2014 en Nueva York contra Eric Garner, otro hombre negro que murió a manos de policías y cuyo grito de «No puedo respirar» también fue pronunciado por George Floyd antes de morir.
Nuevos ejemplos de abusos policiales alimentan la cólera detrás de las protestas que han sacudido durante 10 días a Estados Unidos.
Algunas de sus demandas han sido escuchadas: el policía que presionó con su rodilla durante casi nueve minutos el cuello de Floyd fue acusado el miércoles de homicidio intencional, y ya no involuntario como lo establecía la primera acusación, mientras los otros tres policías presentes fueron imputados por ayudar e instigar.
Pero ahora las movilizaciones van más allá de este caso, denuncian el racismo sistémico y exigen un cambio real.Las protestas, que degeneraron en disturbios y en algunos casos en saqueos, han logrado mantenerse pacíficas en los últimos días y varias ciudades, entre ellas Washington, Seattle y Los Ángeles, han levantado el toque de queda que se impuso para controlar los disturbios.
El presidente estadounidense, Donald Trump, que sigue pidiendo la restitución del orden público, volvió a instar el viernes a los estados a solicitar un refuerzo a la Guardia Nacional, en especial los que hasta ahora han prescindido de hacerlo, como Nueva York.