Las muestras de sangre humana detectadas con luminol en la parte trasera y en el volante del auto, propiedad de Javier Galván, fueron claves en la causa. El subjefe de la Policía afirmó que había logrado recabar muchas pruebas. El subjefe de la Policía, comisario general Ariel Leclerc, en diálogo con Cadena 3 contó detalles del momento en que el femicida decidió admitir el crimen de Ivana Módica en Córdoba.
Leclerc indicó que el peso de “la carga probatoria lo hizo confesar el crimen, a sabiendas que no tenía mucho más para ocultar”.

“Quizá fue un gesto humanitario hacia alguien al que le ha tenido sentimientos, tal vez eso lo llevó a hacer aportes para achicar los tiempos de búsqueda”, agregó el funcionario policial sobre la actitud del piloto e instructor entrerriano, acusado por el femicidio.
En ese sentido, consideró que el caso “está casi cerrado”. “Queda trabajo por hacer y la tarea de investigación culmina cuando hay sentencia, pero la causa está prácticamente cerrada”, señaló.
Leclerc indicó que la investigación orientaba a los pesquisas hacia el viejo Camino del Cuadrado: «Se lograron detectar imágenes de cámaras públicas y privadas de la ruta 38. Eso nos permitió establecer horarios y posiciones».

Tras un operativo de rastrillaje entre el viejo Camino del Cuadrado (Valle Hermoso) y en la zona del Hotel Edén (La Falda), la Policía encontró el cuerpo de Ivana Módica, la mujer que estaba desaparecida desde el pasado jueves 11 de febrero.
El único detenido en la causa admitió ante los policías que la mató. La confesión se realizó cuando viajaba este viernes por la tarde desde la comisaría de La Falda a la cárcel de Bouwer.
Posteriormente, Galván fue transportado al penal de Bouwer donde se encuentra actualmente alojado.