El femicida de Fátima Florencia Belén Acevedo, Jorge Nicolás Martínez, se muestra como ferviente católico en las redes sociales, se manifiesta militante del pañuelo celeste y postea fotos con el obispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari.
En ese contexto los obispos de Entre Ríos emitieron dos comunicados este lunes.
Uno de esos mensajes dice lo siguiente:
“En medio de tanto dolor…
En las últimas horas ha circulado en redes sociales imagenes de nuestro arzobispo, Juan Alberto Puiggari, con el presunto asesino de Fátima Acevedo.
Desde este arzobispado entendemos las políticas en relación al uso de imágenes de figuras públicas, pero en este contexto tan sensible y de mucho dolor creemos es innecesaria.
Cabe aclarar que como ocurre con muchas figuras de notoriedad, en eventos públicos, monseñor se expone a ser fotografiado con toda persona que se lo pida, sin que esto signifique conocer o adherir a sus pensamientos o acciones.
Lamentamos que frente a esta dolorosa situación, se haga uso irresponsable de imágenes que generen una idea errada sobre terceras personas”.
El segundo comunicado sostiene lo siguiente:
2En las últimas horas ha circulado en redes sociales imágenes de nuestro arzobispo, Juan Alberto Puiggari, con el presunto asesino de Fátima Acevedo.
Desde este arzobispado entendemos las políticas en relación al uso de imágenes de figuras públicas, pero en este contexto tan sensible y de mucho dolor creemos es innecesaria.
Como pastores del Pueblo de Dios queremos que se respete la vida de todas las mujeres, su integridad y sus derechos, superando todo tipo de exclusión… Valoramos y defendemos los derechos de toda vida y de cada vida, de toda mujer y de cada niño o niña por nacer. Deploramos con todas las fuerzas de nuestro corazón la crueldad de los femicidios y todo tipo de violencia y discriminación ejercida contra las mujeres… cualquiera sea el ámbito en el que se produzca: en la familia, en el trabajo, la escuela, en la calle y dolorosamente lo decimos también en la Iglesia…
Invitamos a nuestras comunidades a tener siempre como horizonte la vida y a cuidarla con pasión, a rechazar y repudiar con la misma firmeza todo atentado contra la vida en cualquier estado que se encuentre, y a implorar confiadamente al Señor por la conversión de todos, de modo que nos comprometamos cada vez más con una cultura del cuidado y del respeto.
A la Virgen María, Madre de todos nosotros, le pedimos que nos contagie ternura materna para que en todo lugar donde la vida sea amenazada o vulnerada podamos brindar la fuerza del amor que acoge, sana, acompaña y protege.
Nada dicen los obispos de la implementación integral y concreta de la tan reclamada Educación Sexual Integral (ESI), como modo de dar herramientas a los niños y jóvenes para prevenir abusos, embarazos tempranos y abortos clandestinos, que matan a miles de mujeres y niñas por año.