Las condiciones que experimentamos por la pandemia del coronavirus-19 genera estados de
ansiedad, preocupación, e incertidumbre por el futuro y estados depresivos y de tristeza por las
experiencias presentes. Esto nos ha sorprendido a todos y nos ha interrumpido la rutina.
Ademas de las amenazas de las perdida de salud, trabajo, economía y de bienestar en general,
se suma la pérdida de la vida y apoyo social al que estamos habituados. A todo sumamos las
noticias que de pronto no ayudan a la inestabilidad ya generada por la pandemia.
El impacto del Covid-19 también depende de la situación laboral, las condiciones generales
de la salud física y emocional, y las condiciones económicas y sociales, de cada persona. La
experiencia no es la misma vista o vivida desde la perspectiva de una persona que trabaja en la
comunidad o en el hospital, expuesta al virus, que para una persona mayor con problemas de
salud, en su casa en cuarentena y con temor de contraer el virus , o para una pareja joven con
hijos y que quedó sin trabajo, o un adolescente que se siente frustrado y perdido sin saber que
hacer, etc.
A las condiciones presentes hay que sumarle las condiciones pre-existentes, es decir, las que
existían antes de la pandemia y que en algunos casos pueden tornarse en algo muy grave. Por
ejemplo: una situación de abuso emocional, físico, sexual, etc, que ya existía y que debido a
diferentes factores presentes se vuelve incontrolable, y así podemos enumerar diferentes
situaciones pre-existentes ya sea de abuso o de problemas de salud que ahora están agravadas.
Si miramos a la historia; durante la era cristiana, se registran Pandemias desde la centuria sexta.
La primera Pandemia de nuestra era sucedió aproximadamente en el año 541, llamada la Plaga Justiniana.
Esta plaga no desapareció rápidamente. En diferentes lugares se continuó registrando
brotes aislados por los próximos 300 años, hasta los años 800 de la historia. La
segunda Pandemia ocurrió en la centuria 14, año 1346 de Rusia a Europa la llamada Plaga
Bubónica o Peste Negra. Los anales de la historia registran que murió como mínimo un tercio
de la población. Nuevamente, en los años 1,600 hubo brotes esporádicos en Inglaterra,
Francia, Alemania, Holanda, Escocia. Se dice que en algunas ciudades afectadas llegó a morir
hasta la mitad de la población y para Octubre de 1665, 1 persona de cada 10 moría en Londres
debido a la plaga. Nuevamente en la centuria 19, año 1894, encontramos la Peste Bubónica en
China e India.
En 1918 el planeta enfrentó la tercera Pandemia de la era cristiana: la llamada Gripe Hispana
(que en realidad se determinó que su verdadero origen no fue en España). En esta Pandemia se
registra que murieron por lo menos 6 millones de personas. A partir de esa Pandemia, tenemos
el registro de la presencia de diferentes virus y desde el año 2009 tenemos varios virus
letales en diferentes partes del mundo pero que no alcanzaron la categoría de Pandemia.
Por lo tanto, la ultima Pandemia ocurrió en 1918, es decir que nuestra generación se esta
enfrentando con un elemento nuevo y “repentino” y que envuelve a todo el planeta y nos
concierne y afecta a todos de alguna manera. Es normal que nos genere ansiedad, es normal
que nos sintamos como “atrapados” por las circunstancias y es normal que sintamos que
perdimos el “control”. Es normal que sintamos “temor” por las amenazas de perder la salud,
perder la vida, perder el trabajo, y perder el estatus económico. Todo esto es parte de ser “ser
humano”.
Ahora… que podemos hacer con esto que nos llegó de repente..inesperado… y que interrumpió
nuestra zona de “confort” e interrumpió nuestras actividades cotidianas, nuestros planes, o
nuestra manera de trabajar, o quizás… nuestros sueños inmediatos? Que hacer con esto que
tiene un potencial mas tóxico para nuestra mente: la incertidumbre, porque no sabemos
CUANDO va a terminar.
Dadas estas circunstancias, a continuación ofrecemos algunas ideas que pueden ayudar a
manejar la situación.
1)Dígale a las células de su cerebro (a su mente) que esta no es la primera Pandemia que los
seres humanos han sufrido. Es decir: repítase constantemente en su mente: “esta no es la
primera pandemia que le sucede a la humanidad. Tengo paciencia…ya pasará” Este ejercicio le
ayudará a “normalizar” la situación y a bajar el nivel de incomodidad emocional.
2) Bajemos el tiempo que pasamos escuchando, leyendo, mirando noticias.
3) Organice las 24 horas de su día: divida su tiempo y encuentre proyectos o actividades en las
cuales enfocarse, así no se siente como perdido y que el día se le vuela en hacer “nada”.
4) Tome tiempo para usted: ejercicio (camine 1200 pasos- o los que usted desee- en su
departamento o su casa, yo lo he hecho es muy divertido contarlos!), escuche música, haga un
hobby que pueda hacer ahora ( leer, pintar, dibujar, etc). Dormir sus horas necesarias (siga la
rutina que tenia antes, no se enganche con el entretenimiento para ir a dormir de madrugada
porque al día siguiente puede no sentirse bien), aliméntese correctamente, y manténgase de
buen ánimo. Todo esto es para ayudar a mantener su sistema inmunológico fortalecido.
5) Tiempo para trabajar: si esta trabajando desde su casa. Divida el lugar del trabajo del lugar
de hacer otra actividad así puede mantenerse enfocado/a.
Si no esta trabajando: elija hacer algún proyecto que siempre quiso hacer o terminar y que
anteriormente por razones de trabajo no pudo hacerlo (limpiar, organizar, renovar, planificar,
etc) Si planeaba estudiar, o si desea estudiar, aproveche ahora su tiempo para hacer todas las
averiguaciones. (También puede dedicarse a buscar otro trabajo, busque información donde
necesitarían ayuda-no importa que- lo importante es que usted llegue a su meta de proveer en
este momento económicamente si esa es su necesidad primera. )
Si tiene hijos en su hogar: organice proyectos de limpieza y organización de diferentes cuartos
de la casa todos juntos como familia. Trabajen en equipo, disfruten del tiempo juntos. Esto
ayudará a la comunicación, a pasar tiempos juntos y a conocerse mas el uno al otro.
6)Tiempo para su familia. Si tiene hijos/nietos/sobrinos, juegue con ellos. Hágase como uno de
ellos. Hable con ellos. Entre en el mundo de ellos. Trate de entender sus mentecitas.
Dialogue con sus hijos adolescentes. No los critique, no los juzgue. Compréndalos, fortalèzcalos,
sosténgalos, anímelos. Ríase con ellos, y busque sus fortalezas y motìvelos a seguir adelante
Dele palabras de ánimo a sus hijos casados con hijos: sosténgalos. Sea un apoyo emocional. Si
usted es soltero, y tiene sus padres: anime y apoye en este tiempo a sus padres que se sienten
débiles y frágiles.
7) Tiempo para su pareja: tiempo para dialogar y entenderse. Cocinen y limpien juntos. Hagan
cosas juntas. Aprovechen a arreglar cosas que quedaron sin arreglar en la comunicación.
Incrementen la intimidad emocional del uno hacia el otro.
8) Tiempo para socializar fuera del ámbito familiar : dar y recibir apoyo social. Hable por
teléfono con sus amistades y otros familiares.
9) Tiempo para ayudar a otros en necesidad: llame por teléfono a gente que usted sabe que
necesitan de una palabra de apoyo. Ofrezca su tiempo o sus recursos al que lo necesita. Ofrezca
a los ancianos ayuda. Si conoce de situaciones de violencia doméstica, manténgase hablando
por teléfono para ver como está la situación y derive a las ayudas comunitarias
correspondientes de la ciudad si es necesario.
10) Tiempo para su vida espiritual . Fortalezca su relación con Dios. Esto le ayudara a ganar
confianza , esperanza, y seguridad y así manejará mejor estas circunstancias especiales.
Enfòquece en lo que usted puede controlar y entréguele a Dios lo que usted no puede
controlar.
11) Decida que usted sera flexible y no se quebrará. Se doblara como el trigo ante el paso del
viento pero no se quebrará. El trigo después de la tormenta allí esta plantado. Decida que usted
se llenará de paciencia para soportar esta tormenta del planeta. La Palabra de Dios nos dice:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Dígase a si mismo o si misma: “Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece, soy fuerte, soy paciente, soy feliz, lo tengo todo”.
Maria (Nety) Flores de Di Francisco
Licenciada en Psicología- Universidad Nacional de Córdoba
Máster en Psicología- Drexel University- Pennsylvania-USA
Ph.D. en Psicología- Drexel University-Pennsylvania-USA
Máster en Teología- Northern Baptist Theological Seminary- Illinois. USA
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